¿POR QUE CAZO?
Publicado: Vie Nov 21, 2014 8:44 am
En una cena, la esposa de un conocido - vegetariana y defensora de los derechos de los animales - me preguntaba , en forma muy insistente, acerca del porque cazaba y resumió toda sus preguntas en una sola: - Yo quiero que me digas una sola cosa: si disfrutas matando un animal?? Le respondí que no era el momento para discutir esos temas pero que prometía mandarle mi respuesta. Esto es lo que escribí (algunas cosas seguramente ya las habrán leído)
"No discuto con nadie. No me gustan las discusiones que solo implican confrontación y donde uno trata de convencer al otro de que piense como él. No sirven para nada mas que para enfrentar a dos personas. Me gustan, en cambio, las discusiones que implican un crecimiento intelectual y personal. Me gusta escuchar otras ideas, otros pareceres, otras teorías que me hagan pensar sobre lo que hago o pienso. Cuando es así prefiero escribir mis ideas. Eso me obliga a pensar mas las palabras que utilizo. Bueno, estas son mis ideas:
Me preguntaste si disfruto matando animales, la respuesta es NO. No disfruto matando, disfruto cazando que es otra cosa. El hombre es cazador desde que pisó por primera vez la tierra, y tal vez antes, cuando sus antecesores mas cercanos a los simios también cazaban. Cazó solo, luego formó grupos y armó estrategias para cazar más. Como no tenía la velocidad, los dientes o las garras de sus presas, debió utilizar su inteligencia para cazar, así inventó y perfeccionó armas. Hizo de la caza un rito religioso y busco dioses que lo protegieran y le permitiesen cazar. Así, por millones de años. El hombre antiguo cazó por supervivencia y por rito. El líder de aquellos antiguos fue el mejor cazador y el mejor guerrero y se adornó con los despojos de sus presas, se colgó sus pieles, sus garras y sus colmillos como símbolo de su actividad. Millones de años cazando fueron incorporando esta habilidad e instinto en su genética. El hombre moderno no necesita cazar ya que gracias a las tecnologías ha podido cambiar las condiciones de la naturaleza para proveerse más y mejores alimentos. Encerró en corrales los mejores animales; encontró la forma de asegurar su reproducción; los modificó genéticamente para que den más carne o crezcan más rápidamente hasta llegar a crear casi monstruos. Lo mismo con los vegetales que consume. Los ha modificado genéticamente para disponer de ellos todo el año, para que sean más grandes o las plantas produzcan mayor cantidad de frutos. El hombre moderno fue perdiendo ese instinto de caza que su primigenio tenía. Igual que un león criado en cautiverio que pierde su instinto de cazador y ya no puede alimentarse solo, lo mismo ocurrió con el hombre.-
Solo que en algunas personas – solo en algunas – subyace dormido, en letargo, ese viejo instinto de cazador. Algo, algún día algo lo despierta. Es lo mismo que el gato doméstico que no necesita cazar porque lo alimentan, sin embargo, cuando tiene a su alcance una presa su instinto de cazador vuelve a él. El gato domesticado no caza para comer, caza porque es su instinto. No se que fue en mi caso. Nadie en mi familia: padres, hermanos, abuelos o tíos fueron cazadores. Nadie menos yo. Yo soy cazador desde chico. Tuve televisión recién a los doce o catorce años, así que tampoco puedo haber sido influenciado por esos medios. No había revistas de caza en mi infancia o, si las había, no estaban en mi casa. Pero fui cazador. Me gustaba andar por el campo, inventaba trampas, me arrastraba y ocultaba para cazar más.-
Luego vine grande y ese instinto se hizo más fuerte: necesito salir a cazar. Necesito caminar por el campo o el monte. Sueño que estoy cazando. Me gusta arrastrarme y llenarme de espinas detrás de la presa. Cuando estoy solo y afilo el cuchillo o limpio el fusil soy un cazador. Igual que el mocoví, el piel roja norteamericano o el massai africano. Ellos preparando sus armas arrodillados frente al fuego y yo afilando mi cuchillo somos uno, somos lo mismo. Dicen que en cada hombre conviven tres: el que los demás creen que es, el que él cree que es y el que en realidad es. Yo creo que mi realidad es el cazador. Claro, no soy un simple “matador”. El verdadero cazador es esclavo de las leyes. Respeto cupos, vedas, zonas, temporadas. No mato por matar. La muerte es una última consecuencia inevitable en el rito de la caza. Cazo siempre, mato a veces. Cazo cuando planeo el viaje, cuando preparo mi equipaje, cuando camino por el campo, cuando sigo un rastro, cuando enciendo el fuego y a la luz del fogón charlo con mis amigos cazadores. Porque, como dijo Ortega y Gasset (filósofo español) “lo que importa no es cazar, sino estar cazando”. No mato por diversión, mato porque cazo. Esto es muy difícil de explicar y mucho mas de comprender.-
Creo que quienes critican la caza lo hacen tal vez desde su aversión por las armas y la sangre. Ahora, no piensan lo mismo sobre la pesca, por ejemplo. Miles de peces (que incluso es un recurso no renovable, es decir no es posible criar los peces) se sacan a diario de los ríos. Se matan miles de peces. Las familias van con sus hijos pequeños al río y les enseñan a pescar mojarras sin que la tragedia de la muerte del animal los alcance. Es que un pez no sufre? No siente dolor cuando el acero del anzuelo se le clava en la boca? O es que somos dioses que establecemos que la vida de un ciervo es mas valiosa que la de un pez? Peor es el caso de los pobres insectos. Con las plantas pasa algo similar: ¿No decimos que son seres vivos? Y si son seres vivos ¿No los estamos matando cuando cosechamos o cortamos una flor? Muchas veces escuché con las plantas son sensibles a los sentimientos, hay personas que les hablan y otras que tienen mejor “mano” para las plantas. Hay una afinidad entre las plantas y las personas de igual forma que algunos logran cierta comunión con los perros o los caballos. Entonces, si las plantas son capaces de alcanzar esa afinidad… no sufrirán también. No lo sé y no se si alguien lo sabe. Te pido que reflexiones un rato sobre estos conceptos.-
Pero, no debemos ser tan extremistas, debemos comer carne o vegetales, o semillas, pero debemos comer. No debemos ser tan extremistas, hoy todo tiene origen animal o vegetal (calzados, herramientas, medicamentos, vestidos, muebles, etc).-
Por último: ¿puede ser compatible la caza con el cuidado del medio ambiente? Por supuesto, el verdadero cazador es un gran ecologista. No se puede cazar lo que no hay. Si en Africa no se cazaran leones seguramente los granjeros – ganaderos los hubieran eliminado a todos para que no maten a sus vacas. Lo mismo ocurre con los elefantes, cebras o con los jabalíes y ciervos en la Argentina. En nuestro país los ciervos colorados, jabalíes, liebres, ciervo axis, antílope negro (estos dos últimos casi extinguidos en su país de origen, la India, porque no se permite su caza) búfalos, varias especies de carneros salvajes, que hoy hermosean montes y llanuras fueron introducidos por cazadores. Es mentira que los cazadores extinguieron varias especies. Es la evolución del hombre, la modernidad, la urbanización, la expansión de la frontera agrícola, la tala de los bosques la responsable. No hay mas dinosaurios y no fueron los cazadores quienes los extinguieron. No se puede concebir al mundo como una fotografía, algo estático. El planeta es algo dinámico y las especies van mutando, algunas desaparecen y aparecen nuevas. Tal vez nosotros mismos algún día desaparezcamos de la faz de la tierra.-
Claro, hay cazadores y simples matadores. Pero esto es igual en todos los órdenes de la vida: hay buenos maestros y malos maestros, hay bueno jueces y malos jueces, en fin… hay buenos y malos.-
Trato de ser un buen cazador, respeto leyes y un código ético – no escrito – de la caza. Trato de respetar a mi presa, agradezco a Dios por permitirme cazar y pido perdón a la madre tierra por haber cazado. Aunque no lo creas, es así. No puedo dejar de cazar. Cuando viejo o enfermo no pueda salir mas a cazar me sentaré a recordar mis cacerías. Soy el hombre moderno que no necesita cazar, por eso, yo no cazo para comer como para poder cazar. NO quiero que la gente comparta mi forma de pensar, solo que la respete, nada mas”.-
"No discuto con nadie. No me gustan las discusiones que solo implican confrontación y donde uno trata de convencer al otro de que piense como él. No sirven para nada mas que para enfrentar a dos personas. Me gustan, en cambio, las discusiones que implican un crecimiento intelectual y personal. Me gusta escuchar otras ideas, otros pareceres, otras teorías que me hagan pensar sobre lo que hago o pienso. Cuando es así prefiero escribir mis ideas. Eso me obliga a pensar mas las palabras que utilizo. Bueno, estas son mis ideas:
Me preguntaste si disfruto matando animales, la respuesta es NO. No disfruto matando, disfruto cazando que es otra cosa. El hombre es cazador desde que pisó por primera vez la tierra, y tal vez antes, cuando sus antecesores mas cercanos a los simios también cazaban. Cazó solo, luego formó grupos y armó estrategias para cazar más. Como no tenía la velocidad, los dientes o las garras de sus presas, debió utilizar su inteligencia para cazar, así inventó y perfeccionó armas. Hizo de la caza un rito religioso y busco dioses que lo protegieran y le permitiesen cazar. Así, por millones de años. El hombre antiguo cazó por supervivencia y por rito. El líder de aquellos antiguos fue el mejor cazador y el mejor guerrero y se adornó con los despojos de sus presas, se colgó sus pieles, sus garras y sus colmillos como símbolo de su actividad. Millones de años cazando fueron incorporando esta habilidad e instinto en su genética. El hombre moderno no necesita cazar ya que gracias a las tecnologías ha podido cambiar las condiciones de la naturaleza para proveerse más y mejores alimentos. Encerró en corrales los mejores animales; encontró la forma de asegurar su reproducción; los modificó genéticamente para que den más carne o crezcan más rápidamente hasta llegar a crear casi monstruos. Lo mismo con los vegetales que consume. Los ha modificado genéticamente para disponer de ellos todo el año, para que sean más grandes o las plantas produzcan mayor cantidad de frutos. El hombre moderno fue perdiendo ese instinto de caza que su primigenio tenía. Igual que un león criado en cautiverio que pierde su instinto de cazador y ya no puede alimentarse solo, lo mismo ocurrió con el hombre.-
Solo que en algunas personas – solo en algunas – subyace dormido, en letargo, ese viejo instinto de cazador. Algo, algún día algo lo despierta. Es lo mismo que el gato doméstico que no necesita cazar porque lo alimentan, sin embargo, cuando tiene a su alcance una presa su instinto de cazador vuelve a él. El gato domesticado no caza para comer, caza porque es su instinto. No se que fue en mi caso. Nadie en mi familia: padres, hermanos, abuelos o tíos fueron cazadores. Nadie menos yo. Yo soy cazador desde chico. Tuve televisión recién a los doce o catorce años, así que tampoco puedo haber sido influenciado por esos medios. No había revistas de caza en mi infancia o, si las había, no estaban en mi casa. Pero fui cazador. Me gustaba andar por el campo, inventaba trampas, me arrastraba y ocultaba para cazar más.-
Luego vine grande y ese instinto se hizo más fuerte: necesito salir a cazar. Necesito caminar por el campo o el monte. Sueño que estoy cazando. Me gusta arrastrarme y llenarme de espinas detrás de la presa. Cuando estoy solo y afilo el cuchillo o limpio el fusil soy un cazador. Igual que el mocoví, el piel roja norteamericano o el massai africano. Ellos preparando sus armas arrodillados frente al fuego y yo afilando mi cuchillo somos uno, somos lo mismo. Dicen que en cada hombre conviven tres: el que los demás creen que es, el que él cree que es y el que en realidad es. Yo creo que mi realidad es el cazador. Claro, no soy un simple “matador”. El verdadero cazador es esclavo de las leyes. Respeto cupos, vedas, zonas, temporadas. No mato por matar. La muerte es una última consecuencia inevitable en el rito de la caza. Cazo siempre, mato a veces. Cazo cuando planeo el viaje, cuando preparo mi equipaje, cuando camino por el campo, cuando sigo un rastro, cuando enciendo el fuego y a la luz del fogón charlo con mis amigos cazadores. Porque, como dijo Ortega y Gasset (filósofo español) “lo que importa no es cazar, sino estar cazando”. No mato por diversión, mato porque cazo. Esto es muy difícil de explicar y mucho mas de comprender.-
Creo que quienes critican la caza lo hacen tal vez desde su aversión por las armas y la sangre. Ahora, no piensan lo mismo sobre la pesca, por ejemplo. Miles de peces (que incluso es un recurso no renovable, es decir no es posible criar los peces) se sacan a diario de los ríos. Se matan miles de peces. Las familias van con sus hijos pequeños al río y les enseñan a pescar mojarras sin que la tragedia de la muerte del animal los alcance. Es que un pez no sufre? No siente dolor cuando el acero del anzuelo se le clava en la boca? O es que somos dioses que establecemos que la vida de un ciervo es mas valiosa que la de un pez? Peor es el caso de los pobres insectos. Con las plantas pasa algo similar: ¿No decimos que son seres vivos? Y si son seres vivos ¿No los estamos matando cuando cosechamos o cortamos una flor? Muchas veces escuché con las plantas son sensibles a los sentimientos, hay personas que les hablan y otras que tienen mejor “mano” para las plantas. Hay una afinidad entre las plantas y las personas de igual forma que algunos logran cierta comunión con los perros o los caballos. Entonces, si las plantas son capaces de alcanzar esa afinidad… no sufrirán también. No lo sé y no se si alguien lo sabe. Te pido que reflexiones un rato sobre estos conceptos.-
Pero, no debemos ser tan extremistas, debemos comer carne o vegetales, o semillas, pero debemos comer. No debemos ser tan extremistas, hoy todo tiene origen animal o vegetal (calzados, herramientas, medicamentos, vestidos, muebles, etc).-
Por último: ¿puede ser compatible la caza con el cuidado del medio ambiente? Por supuesto, el verdadero cazador es un gran ecologista. No se puede cazar lo que no hay. Si en Africa no se cazaran leones seguramente los granjeros – ganaderos los hubieran eliminado a todos para que no maten a sus vacas. Lo mismo ocurre con los elefantes, cebras o con los jabalíes y ciervos en la Argentina. En nuestro país los ciervos colorados, jabalíes, liebres, ciervo axis, antílope negro (estos dos últimos casi extinguidos en su país de origen, la India, porque no se permite su caza) búfalos, varias especies de carneros salvajes, que hoy hermosean montes y llanuras fueron introducidos por cazadores. Es mentira que los cazadores extinguieron varias especies. Es la evolución del hombre, la modernidad, la urbanización, la expansión de la frontera agrícola, la tala de los bosques la responsable. No hay mas dinosaurios y no fueron los cazadores quienes los extinguieron. No se puede concebir al mundo como una fotografía, algo estático. El planeta es algo dinámico y las especies van mutando, algunas desaparecen y aparecen nuevas. Tal vez nosotros mismos algún día desaparezcamos de la faz de la tierra.-
Claro, hay cazadores y simples matadores. Pero esto es igual en todos los órdenes de la vida: hay buenos maestros y malos maestros, hay bueno jueces y malos jueces, en fin… hay buenos y malos.-
Trato de ser un buen cazador, respeto leyes y un código ético – no escrito – de la caza. Trato de respetar a mi presa, agradezco a Dios por permitirme cazar y pido perdón a la madre tierra por haber cazado. Aunque no lo creas, es así. No puedo dejar de cazar. Cuando viejo o enfermo no pueda salir mas a cazar me sentaré a recordar mis cacerías. Soy el hombre moderno que no necesita cazar, por eso, yo no cazo para comer como para poder cazar. NO quiero que la gente comparta mi forma de pensar, solo que la respete, nada mas”.-